En plena controversia sobre el desarrollo de sistemas de propulsión alternativos a los motores de combustión, la multinacional Boschacaba de anunciar que “las emisiones de óxido de nitrógeno de los nuevos vehÃculos diésel ya no serán relevantesâ€. Nada más y nada menos. De hecho, el gigante germano de la industria de automoción afronta una doble estrategia: avanzar en el desarrollo de la electromovilidad y conseguir nuevas mejoras en el motor de combustión interna, cada dÃa puesto más en entredicho por otro lado desde diferentes ámbitos de la acción polÃtica. Fue en abril del pasado año cuando ya el propio CEO de Bosch, Volkmar Denner, adelantó que “hay futuro para el diésel, pronto las emisiones ya no serán un problemaâ€.
El objetivo declarado por este fabricante no es otro que diseñar un motor de combustión interna que no contribuya a la contaminación atmosférica en las ciudades. “Con el desarrollo de nuevas tecnologÃas para vehÃculos diésel, Bosch ha dado un gran paso en esta direcciónâ€, explican desde la compañÃa, para ahondar en que “esta tecnologÃa, que se está implantando sucesivamente en los vehÃculos en producción, reducirá la emisión de óxidos de nitrógeno muy por debajo de los lÃmites futuros“.
Gracias a la introducción del filtro de partÃculas, este sistema también se aplica a las emisiones de partÃculas de los vehÃculos diésel desde hace bastante tiempo. Bosch también persigue este mismo objetivo para los motores de gasolina, “avanzando a buen ritmoâ€, revelan, para concretar que las modificaciones en los motores y el tratamiento eficiente de los gases de escape pueden reducir las emisiones de partÃculas aproximadamente, a un 70% más bajo que el estándar Euro-6d-temp. De hecho, En Europa Bosch ya no realiza ningún trabajo de desarrollo para motores de gasolina que no estén equipados con un filtro de partÃculas.
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