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Los flujos de la logística inversa

logispyme | 0 comments | read 28669 times

Ricardo Catelli, en las II Jornada de Logística Inversa, introdujo un concepto que a mi particularmente me llamo la atención, tal vez porque no lo había escuchado aplicado como el lo utilizo “Operadores logísticos 6R”, para señalar la importancia de todo el ciclo inverso como factor diferenciador de los operadores y de cualquier empresa que dispongan de procesos logísticos.

Una vez que ya tenemos claro la importancia de la logística inversa debemos en cada compañía o para cada uno de los clientes de un operador logístico  los caminos que puede seguir la mercancía, Ricardo nos planteaba los siguientes caminos de la Logistica Inversa ligadas a las 6R:
Desde el cliente o consumidor final a los almacenes de distribución(recogida de devoluciones o productos defectuosos).
Reparación de productos.
Restauración en fábrica con empresas externalizadas in house.
Destrucción y aprovechamiento para el uso en la fabricación de otros productos.
Gestión de residuos y reciclaje.
Incineración y destrucción para producción de energía eléctrica.

Yo tal vez no lo vea de una manera tan detallada, particularmente creo que el diseño de los caminos de retorno se deben realizar partiendo de las  diferentes características que presentan los productos, y de las características de los puntos de dónde retornan consumidores o clientes, y en función de eso yo habitualmente realizo una primera gran división, caminos para productos antes de su uso (devoluciones) o después de él (recuperaciones):

Opciones de gestión para las devoluciones.

Las devoluciones suponen un % importante de las ventas de las empresas, dar un % es dificultoso porque la cifra varía mucho en función del sector del que estemos hablando.  Del total de productos devueltos, podemos hablar de tres grandes bloques:
Productos defectuosos: debidos a Fallos de fabricación
Desperfectos sufridos durante la distribución del producto (transporte, almacenaje, exposición, etc.).
Errores en los procesos logísticos: Aprovisionamiento por parte del cliente (talla, tamaño, especificaciones, etc.).
Errores administrativos en la grabación de pedidos.
Errores en la preparación de pedidos y expedición de la mercancía.
Criterios comerciales: motivos contractuales (“Si no queda satisfecho, …”, “El cliente siempre tiene la razón”, …) o por ajustes de inventario (insuficiencia de la demanda, obsolescencia del producto, rotación de existencias, etc.).

Toda esta diversidad de circunstancias hace muy difícil establecer una relación exhaustiva de opciones de que dispone la empresa para gestionar estos productos devueltos. En cualquier caso, podemos mencionar las siguientes:

1)      Reutilización de los productos en otros mercados: es la opción más utilizada y la que genera mayores ventajas puesto que supone la venta definitiva del producto. Dependiendo de si el producto devuelto presenta o no fallos de funcionamiento, se contemplan actividades intermedias de mantenimiento, reparación e incluso refabricación.

2)      Eliminación: hasta hace pocos años era la opción más utilizada y en algunos sectores como el agroalimentario, sigue siendo la principal. Supone deshacerse, por medios propios o ajenos, del producto devuelto.

3)      Donación: Algunas empresas destinan parte de sus devoluciones a entidades benéficas, organizaciones no gubernamentales, fundaciones, etc.; de esta forma se realiza una labor social a la vez que la empresa se beneficia de las deducciones fiscales que, en determinados países, existen por estas operaciones.

Distintos estudios sobre Logística Inversa en EEUU realizados por el Reverse Logistics Executive Council (www.rlec.org) señalan que la Reutilización, en sus distintas modalidades de  reparación, refabricación o reciclaje, se aplica al 70% del total de productos devueltos, la Eliminación en vertederos aún se utiliza en el 20-25% de los casos y las Donaciones suponen entre el 5 y el 10% de las operaciones .

Opciones de gestión para los productos recuperados.

Las posibilidades de recuperación económica de los productos fuera de uso varían de unos productos a otros existiendo casos en los que la mejor opción a considerar será la adecuada eliminación del mismo. Además no todos los productos podrán ser sometidos a las mismas operaciones para recuperar el valor que incorporan.

Podríamos definir el concepto de Gestión de Productos Recuperados como “la gestión de todos los productos, componentes y materiales desechados por los consumidores, sobre los que el fabricante tiene algún tipo de responsabilidad, y cuyo objetivo es recuperar tanto valor económico (y ecológico) como sea posible, reduciendo de esta forma la cantidad final de residuos”. Se nos abren cinco opciones para maximizar el valor económico de los productos fuera de uso:

1) Reparación: su objetivo es volver a poner al producto usado en condiciones de funcionamiento. Estas operaciones se suelen desarrollar en el domicilio del cliente o en los servicios técnicos de reparaciones y por lo general la calidad de estos productos reparados suele ser inferior a la de los productos nuevos.

2) Restauración: supone devolver al producto usado unos niveles específicos de calidad que, generalmente, suelen ser inferiores a los de los productos originales pero amplían su vida útil. En ocasiones estas operaciones de restauración suelen acompañarse de otras en las que se mejora tecnológicamente alguno de los componentes del producto.

3) Refabricación: esta opción proporciona al producto usado unos estándares de calidad tan rigurosos como los de los productos originales consiguiendo unos costes de fabricación que, en ocasiones, pueden ser entre un 30 y un 50% inferiores al de los originales

4) Canibalismo: se suele dar este nombre a aquella opción de recuperación de productos fuera de uso en la que únicamente se recupera una pequeña parte de los componentes reutilizables que se destinarán a las opciones de reparación, restauración y refabricación.

5) Reciclaje: consiste en recuperar el material con el que está fabricado el producto fuera de uso, para utilizarlo en la fabricación de nuevos productos.

En lo que respecta a los flujos  relacionados con las devoluciones, la empresa debe trabajar en la mejora continua de los flujos  directos, poner todos los medios a su alcance para minimizar el número de devoluciones a través de, por ejemplo, controles de calidad que dificulten el acceso de productos defectuosos al mercado, sistemas de transporte apropiados que eviten desperfectos durante la distribución del producto, mejoras en los envases y embalajes, políticas de devoluciones más rigurosas y cualesquiera otros que acerquen a la empresa a un nivel cero de devoluciones.

Por el contrario la gestión de los flujos de productos recuperados tiene ante sí un futuro esperanzador, aunque  su éxito dependerá, fundamentalmente, de la existencia de un compromiso por parte de todos los miembros de la cadena de suministro para desarrollar eficientemente esta actividad, desde los proveedores y suministradores hasta los distribuidores, los consumidores, los recuperadores e incluso los propios competidores. El establecimiento de objetivos cuantificables en las operaciones de recuperación, la selección de la opción más adecuada, así como un diseño detallado del producto y del proceso contribuirá al éxito de este proyecto.

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