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LA OTAN PUEDE RENUNCIAR A UNA BASE LOGÍSTICA EN RUSIA

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EEUU sigue aumentando las apuestas en su juego con Rusia. Las sanciones contra las empresas rusas y las insinuaciones sobre la posible renuncia a la creación de un centro de tránsito para la OTAN en la provincia rusa de Uliánovsk (región del Volga) ponen de relieve que Rusia depende mucho más de EEUU de lo que podría parecer.

El secretario general adjunto de la OTAN y  exembajador de EEUU en Moscú, Alexander Vershbow, en una entrevista al periódico ruso Kommersant hizo una declaración importante. El centro de tránsito de cargas que se planeaba desplegar en el aeropuerto de la ciudad rusa de Uliánovsk para ser utilizado por aviones de la OTAN en sus vuelos desde y hacia Afganistán (y que anteriormente se consideraba como una base logística importante para las fuerzas de la OTAN) ha salido de los planes iniciales.

La OTAN baraja volver a considerar la posibilidad de establecer el trayecto sur para el paso de suministros a Afganistán a través de territorio pakistaní que presuntamente dejó de ser peligroso. Es evidente que la rentabilidad del proyecto está en el centro de atención.

En cuanto a una mayor seguridad del tránsito de cargas a través de Pakistán, en realidad, nada ha cambiado en este ámbito ni a mejor, ni a peor. Es importante que un punto fuerte en la postura rusa respecto a Asia Central que obligó a la OTAN interesada en la creación de un centro de tránsito para Afganistán en el territorio ruso a buscar fórmulas de compromiso haya sido públicamente devaluado por un funcionario estadounidense de alto rango.
La OTAN o EEUU trata de demostrar a Rusia que el tránsito de cargas a través del aeropuerto de Uliánovsk no es muy importante. Esto podría sorprender, pero si uno se fija en el último capítulo de las relaciones bilaterales entre Rusia y EEUU, puede entender que se trata de un aumento de apuestas en el juego entre ambos países, una lucha de posiciones por lograr concesiones mutuas.

El pasado 8 de marzo, la Oficina de Industria y Seguridad de EEUU incluyó a la empresa rusa ‘T-plataformas’ a la lista de las organizaciones cuyas actividades contradicen los intereses de la seguridad nacional y la política interna de EEUU. La empresa ‘T-plataformas’ desarrolla los llamados superordenadores y la decisión de EEUU complicó a la compañía el proceso de la adquisición en otros países de las piezas necesarias para su trabajo. A juzgar por todo, la empresa ha sido víctima del caso de la compañía estadounidense ‘ARC Electronics’. Su jefe, Alexander Fishenko, fue detenido en otoño de 2012 por una presunta exportación ilegal a Rusia de componentes microelectrónicos. El desarrollo de superordenadores es un área muy sensible, ante todo debido a los grandes volúmenes de los cálculos necesarios para los programas militares. Tras el establecimiento de una moratoria sobre las pruebas nucleares, el sector de industria nuclear incrementó la demanda para la creación de modelos de varios procesos físicos complicados.

El área del desarrollo de componentes microelectrónicos es también sensible. El serio atraso tecnológico de Rusia en este ámbito, que se hizo notable a principios de los setenta y se agravó  más todavía tras el colapso de la URSS en 1991, no permite resolver eficazmente las tareas de doble uso, basándose sólo en las tecnologías nacionales. No siempre es posible fabricar los  componentes microelectrónicos más avanzados en las empresas de Rusia. O, si es posible, resulta demasiado caro, lo cual es un asunto de poca importancia en comparación con los programas militares. Resulta que para resolver las tareas estratégicas planteadas ante el país falta la base material y a veces científica.
Mientras, los superordenadores se aplican en el desarrollo de sistemas técnicos con cada vez más frecuencia. Y muchas tecnologías civiles suelen modelarse con el uso de este equipo. Es decir, las sanciones impuestas por EEUU no sólo restringen el potencial militar de su posible aliado, sino que contribuyen a mantener el atraso tecnológico de la economía de Rusia, en general.

Lo que podemos observar en la historia con las empresas ‘ARC Electronics’ y ‘Т-Plataformas’ es el inicio de una respuesta asimétrica de EEUU a un empeoramiento general de las relaciones ruso-estadounidenses. Esta respuesta recuerda a la última etapa de la guerra fría: se aplica uno de los métodos más eficaces de la llamada ‘fuerza blanda’: el control tecnológico como herramienta más eficaz para contener a un Estado con una economía no equilibrada. Además, esto funciona como un método oculto del proteccionismo estatal en el mercado formalmente libre de productos y servicios de alta tecnología.

¿Cómo se desarrollarán los acontecimientos? La posible renuncia a la base logística en Uliánovsk y las sanciones contra empresas rusas coinciden con la cancelación de la cuarta etapa del despliegue del escudo antimisiles de EEUU y la OTAN en Europa, que preveía desplegar hacia 2020 los misiles interceptores modernizados SM3 Block IIB en Polonia y provocó las mayores discrepancias entre EEUU y Rusia. En esta coyuntura, EEUU espera concesiones de Rusia en el ámbito de las armas estratégicas y, especialmente, armas nucleares tácticas. Estos complicados vínculos muestran que las negociaciones entre Moscú y Washington respecto a la estabilidad estratégica no serán fáciles y que este problema acapara una gran atención de las autoridades de ambos países.

Las sanciones impuestas contra las empresas rusas pueden levantarse y el tránsito de cargas a través del territorio pakistaní puede ser considerado peligroso de nuevo. Los acontecimientos pueden desarrollarse de manera imprevisible, y esto depende en buena medida de las cartas que tenga cada uno en esta 'partida'.

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